17 de marzo de 2009

Psicologubrick

Stanley Kubrick fue quizás el más grande director de todos los tiempos, un hombre sumamente perfeccionista, fanático del detalle y obsesionado por tener el control total en todos los procesos de sus películas. Siempre controversial en sus contenidos marcó una nueva forma de hacer y comprender el cine, su compleja forma de pensar y hacer las cosas lo llevaron siempre a cuestionar los límites del razonamiento humano a través de sus obras. A continuación, se presenta un análisis de su obra con el fin de construir un perfil mental del cineasta y comprender así, su manera de ver el mundo y plasmar sus ideas.

Kubrick nació en Nueva York un 26 de Julio 1928, lugar donde pasaría toda su infancia inmerso en libros y partidas de ajedrez. A los 15 años participaría como percusionista de una banda de Swing de su escuela donde ya daba a conocer su perfil melómano (pasión y gran entendimiento por la música) del cuál se hablará más adelante. A los 17 años se ganó fama local al publicar en la revista Look una fotografía sobre la desolación del pueblo americano tras la muerte del entonces presidente F.D. Roosevelt. Continuó como fotógrafo reconocido hasta 1951 cuando realizó su primer trabajo fílmico, “Day of the Fight”, documental sobre un boxeador neoyorquino que lo impulsó a llevar la fotografía a otro nivel, las películas.

Durante la primera etapa de los 50’s, en la que realizó sus primeros trabajos fílmicos, Kubrick experimentó con la iluminación mientras estaba a cargo de la fotografía, pero ya hacia 1954, cuando adaptó la novela “Clean Break” de Lionel White en su thriller “The Killing” (en el que innovaría con una narración extraordinaria rompiendo con el orden cronológico de manera única en su tiempo), Kubrick tuvo grandes discusiones con el afamado cinematógrafo Lucien Ballard (“Laura”, “Grapes of Wrath”) por detalles sobre la fotografía como la iluminación y la posición de la cámara, que incluso orillaron a Kubrick a amenazar a Ballard con despedirlo si no hacía las cosas como se le pedían. Ya entonces se podía apreciar la autoridad de Stanley dentro de sus trabajos, los cuales cuidaba a detalle en cada proceso de elaboración.

Para 1960, tras una experiencia agridulce con “Spartacus”, donde tomó el mando del rodaje tras la deserción de Anthony Mann (“El Cid”, “The Agony and the ecstasy”) por capricho de Kirk Douglas, con quien Kubrick trabajara anteriormente en “Paths of Glory” (película antibélica de la 1ª guerra mundial), Stanley decidió romper relaciones con Douglas, con quien había acordado un trato por 5 películas para MGM, pero que debido a la presión de los productores y de la reputación del actor no le daban a Kubrick control total sobre su trabajo y tenía que cumplir caprichos ajenos, cosa que frustraba muchísimo al director quien se sentía limitado.

En 1962, Kubrick optaría por adaptar la que el mismo llamó su primera película, esto debido al control que tuvo sobre la producción. La película era una adaptación del libro homónimo de Vladimir Nabokov, “Lolita”. Para interpretar a la precoz protagonista de 14 años, Kubrick movió cielo mar y tierra para lograr la participación de la actriz Sue Lyon (“The Night of the Iguana”), inclusive se dice que Kubrick estaba dispuesto a contraer matrimonio con la madre de la actriz con tal de conseguir su presencia. El filme resultó controversial y rechazado por sectores conservadores de la sociedad por lo que tuvo que modificar de gran manera el montaje final, a lo que Kubrick respondió: “De haber sabido las limitaciones jamás la habría hecho”.

Su siguiente paso y muy inteligente fue el poner a prueba las emociones de la sociedad con su sátira de humor oscuro sobre la guerra fría “Dr. Strangelove”, estrenada en 1964, tras la crisis de los misiles entre Rusia y E.U. Con una magnífica actuación de Peter Sellers, quien también colaboró con Kubrick en Lolita, le dio a Kubrick las herramientas para lograr el resultado tan esperado de burla hacia el conflicto nuclear, recibido entre la gente como una genialidad del director por tratar de esta manera un tema tan alarmante como una posible guerra nuclear.

En esta, y sus siguientes 2 películas, Kubrick dio muestra de sus dotes melománicos, en los que haría de la música un actor más de las películas, tan solo recordemos la escena final de Strangelove, en la que usa el tema de Vera Lynn “We’ll meet again”, que con gran dulzura contrarresta las brutales imágenes de explosión nuclear. En “2001”, fue tal su obsesión por dar vida a las imágenes del espacio que rechazó la música de Alex North (Cleopatra, Espartaco) ya en el montaje final para sustituirla por piezas de Strauss y Ligeti que a juicio de Kubrick transmitían el sentimiento que este buscaba en las imágenes obtenidas del rodaje. En Naranja Mecánica se puede hablar quizás de la más bella adaptación visual de la música de Beethoven, donde tras un arduo trabajo de posproducción junto al compositor Walter Carlos y arreglos con sintetizadores, se logró una perfecta sincronía entre Música e Imagen, también fue memorable la escena de la orgía acompañada de la obertura de Guillermo Tell de Rossini acelerada 5 veces a su velocidad normal.

Estas 2 son quizás las obras más trascendentales de Kubrick. En “2001”, Kubrick se obsesionó por el tema del espacio y encontrar el lugar del hombre en el universo, contrató al escritor Arthur C. Clarke con quien escribió en conjunto la obra y el guión en la que Kubrick lleva al espectador por un viaje desde la prehistoria, cuando el hombre descubre la inteligencia, hasta un desconocido futuro en que las máquinas podrían tener inteligencia propia. Fue tal el realismo de la obra, que un año después en 1969, circularon rumores de que Kubrick había montado las imágenes del hombre llegando a la luna. “A Clockwork Orange” de Anthony Burgess es una búsqueda de Kubrick hacia los límites del ser humano, hasta donde puede llegar este y sus consecuencias. La ultra violencia, el sexo y la música son los mayores placeres de un joven en una Inglaterra futurista para la que Kubrick devoró libros de arquitectura a fin de lograr los escenarios que quería, cuidando más que en ninguna otra película detalles de escenografía y vestuario para transmitir el contexto que la novela le evocaba.

“Barry Lyndon” y “The Shining” fueron la cúspide de su obsesión por el detalle. En Barry Lyndon de 1975, tuvo a 35 costureros trabajando durante 6 meses para lograr un vestuario digno del siglo XVIII, además desarrolló una nueva técnica de iluminación con lentes diseñados en un principio para la NASA que le permitieran grabar sin luz artificial en interiores. En “The Shining” de Stephen King, Kubrick se portaba de manera hostil y humillante con la actriz Shelley Duvall, esto para conseguir una verdadera expresión de temor y tensión en la actriz, a lo que la misma Duvall mencionó después del filme: “El fin justifica los medios”. Por otro lado, la escena en que Jack Nicholson persigue a Duvall por las escaleras con un bat de béisbol, se repitió ¡60 veces!, esto porque Kubrick quería que se reflejara la locura y desesperación de repetir lo mismo tantas veces en la cara del actor. Cabe mencionar que una vez más, para la música contó con la colaboración de el ahora transexual Wendy Carlos quien se encargó de mezclar piezas de Lygeti con sonidos ambientales, zumbidos y efectos electrónicos hasta que Stanley quedara satisfecho con el resultado.

Después de “The Shining”, Kubrick se tomó 7 años para la elaboración de su siguiente película (“Full Metal Jacket”) y 12 más para la que sería su última (“Eyes Wide Shut”). Siempre fiel al juego de ajedrez en su infancia, casa e incluso en los sets de grabación con lo actores, Stanley llevó la metodología de este juego más allá, aplicándola a cada movimiento de su vida, pensando las cosas minuciosamente antes de actuar, analizando movimientos futuros y consecuencias posibles, es por esto que se tomaba mucho tiempo entre películas, remarcado en estas últimas dos, un drama sobre los horrores de la guerra de Vietnam y un thriller sobre la vida conyugal, deseos y perversiones que surgen en medio de una relación marital.

Al ser Kubrick un personaje de gran intelecto, visión e innovación en su trabajo, sentía un gran miedo a ser opacado y perder su status de “hegemonía” en lo que hacía, conflicto al que se enfrentó tras el fracaso comercial de Full Metal Jacket que siempre quedó a la sombra de “Platoon” de Oliver Stone (“JFK”, “Talk Radio”) estrenada en 1986, un año antes que la película de Kubrick. Después de este proyecto, Kubrick preparaba una adaptación de los documentos arios de Louis Begley donde retrataría el Holocausto. Para el proyecto Kubrick había visitado locaciones en Hungría, trabajado en el guión e incluso en el vestuario, pero fue en 1993 que apareció “The Schindler’s List” de Steven Spielberg, cinta que preocupó a Kubrick por el éxito comercial que obtuvo y que le recordó su fracaso con Full Metal Jacket tras Platoon y decidió abandonar totalmente el proyecto. Tras la muerte de Kubrick en 1999, Spielberg dirigiría la cinta de ciencia ficción diseñada por Stanley “A.I.”, basada en el cuento Super Toys de Brian Aldiss.

Así fue la obra del director, perfeccionista, obsesivo y excéntrico, a veces hermético y a veces chocante, pero siempre enfocando sus cualidades a un trabajo de calidad. Es claro que Kubrick contaba con un menor o mayor grado de neurosis, su delirio por supervisar y dominar cada mínimo detalle en sus películas fue la clave de su éxito.

Para terminar este Megapost, les dejo la escena de "The Shinig" que se repitió 60 veces, chequen los rostros tanto de Nicholson como de Duvall, son impresionantes.



“The most terrifying fact about the universe is not that it is hostile but that it is indifferent, but if we can come to terms with this indifference, then our existence as a species can have genuine meaning. However vast the darkness, we must supply our own light.”
Stanley Kubrick.

5 comentarios:

  1. Inche Javier, que buen post... debería poner atención a la clase pero no podía dejar de leer... sigue así mi buen!

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  2. jajaja ahuevo, aqui estare posteando de vez en cuando, tmb tengo pensado hablar de música, especialmente conciertos.

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  3. Elemental, mi querido Watson... what a superb post, as usual, aunque no tenga nada que ver con lo requerido de psicología, llevame el lunes Blue Velvet... asi es, como lo oyes... ya vi Rear Window... me gustó, pero Rope y Psycho siguen siendo mis consentidas... Eres un maldito know-it-all y por eso te quiero infeliz... Sayonara***

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  4. Perfecto, yo me doy por enterado y blasfemado

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